Los estudiantes de 8° semestre de Ingeniería Biomédica presentaron los proyectos finales de la asignatura Organización y Manejo de la Tecnología en Equipo Médico, guiados por el maestro Iván Valenzuela.

Este semestre los proyectos finales de biomédica no fueron una entrega más: Se trató de una muestra concreta de cómo la ingeniería puede ser también una forma de justicia social.

A lo largo del curso, las y los futuros ingenieros de La Salle diseñaron y desarrollaron prototipos pensados para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad visual y motriz. El reto no era menor: detectar necesidades reales, diseñar soluciones funcionales, de bajo costo y bajo consumo energético, y validar su utilidad con las propias personas que enfrentan estos desafíos diariamente.

Para lograrlo, los universitarios mantuvieron contacto directo con personas con discapacidad, quienes no solo compartieron su experiencia de vida, sino que también probaron los dispositivos y ofrecieron retroalimentación decisiva para su mejora.

Tecnología hecha con consciencia: los prototipos. 

| Prototipo 1: Bastón blanco con sensor de luz y alarma sonora

Este dispositivo análogo tiene dos funciones principales: Detección de luz solar o sombra mediante un sensor LDR que activa una vibración al percibir cambios en la iluminación, alertando de una posible variación en el terreno. Segundo, una alarma sonora manual, activada por un botón, que emite una alerta audible para facilitar la localización del usuario en caso de emergencia.

Está diseñado para ser de bajo costo, bajo consumo de energía y máxima utilidad práctica, mejorando tanto la movilidad como la seguridad personal.

| Prototipo 2: Dispositivo de apoyo visual con sensor ultrasónico para obstáculos en altura

Este sensor ultrasónico portátil fue diseñado especialmente para evitar golpes a nivel de la cabeza. Se inspiró en entrevistas con personas ciegas que, por seguridad, utilizan gorras al caminar; la visera se convierte en un amortiguador de impactos cuando hay obstáculos que el bastón guía no puede detectar por estar a la altura del torso o el rostro.

El dispositivo emite vibraciones suaves al detectar un objeto a menos de 80 cm de distancia. Si no hay obstáculos, el sistema permanece apagado, optimizando el uso de energía.

| Prototipo 3: Punta rediseñada para bastón blanco

Este proyecto destacó por el nivel de análisis técnico y funcional de las puntas existentes. Se investigaron múltiples aspectos como forma, material, durabilidad, ergonomía, eficiencia sensorial y viabilidad económica.

El resultado fue una punta con cabeza giratoria en dos ejes, que evita atascos, mejora el equilibrio y reduce el riesgo de lesiones abdominales. Además de mejorar su rendimiento en la detección de terreno, este diseño promete menor desgaste y un costo más accesible. A veces, reinventar lo conocido es el camino hacia la verdadera innovación.

| Prototipo 4: Silla de transferencia con pedaleo manual

Diseñada para facilitar el traslado de personas en silla de ruedas, esta propuesta integra un mecanismo de pedaleo manual que permite un desplazamiento asistido sin necesidad de impulso externo.

Su diseño está optimizado en ergonomía, peso y seguridad, ofreciendo una experiencia cómoda y funcional sin comprometer la resistencia del equipo. Es una alternativa accesible para espacios cerrados y entornos donde el usuario requiere movilidad autónoma sin asistencia constante.

Un jurado con visión y experiencia

La presentación final contó con un jurado excepcional:

Ana del Rosario Ramos Galaviz, persona con discapacidad visual, y el Lic. Ramiro Castro Cabanillas, maestro de lectoescritura en braille y computación, también con discapacidad visual.
Les acompañaron la Lic. Desiré Quintana Rivera, experta en Lengua de Señas Mexicana y defensora de los derechos de las personas con discapacidad, quien ha llevado esta visión ante el Congreso apoyando el tema de la inclusión; y la Lic. Clementina Juárez Cansdales, directora de Espacios Urbanos Ciudad Obregón A.C., organización que impulsa mejoras para una ciudad con una infraestructura urbana más accesible e inclusiva.

Un círculo virtuoso: aprender, servir y transformar.

Cuando el conocimiento no se comparte ni se aplica, es como si no existiera: la ingeniería no tiene por qué quedarse en el aula. En palabras del maestro Iván Valenzuela:

“La comunidad con discapacidad sigue siendo invisibilizada; estos proyectos ayudan a darle voz y presencia en una sociedad que aún debe adaptarse para todos”.

Con más de 2.4 millones de personas con discapacidad visual en México (INEGI, 2020), y entornos urbanos que rara vez consideran sus necesidades, este tipo de iniciativas universitarias no solo representan innovación, sino también humanidad.

Así, este proyecto se convirtió en mucho más que una entrega final: fue un capítulo significativo del Aprendizaje-Servicio de este semestre. Con estudiantes que no solo diseñan soluciones, sino que también aprenden a mirar el mundo desde otras perspectivas. Porque cuando la tecnología nace del respeto y la colaboración, se vuelve una herramienta poderosa para el cambio social.

Conoce más sobre la metodología de Aprendizaje-Servicio, que impulsa proyectos académicos con impacto social y fortalece nuestro sello universitario, al poner en acción nuestro propósito: inspirar y formar a los transformadores del mañana.